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👠🏳️‍⚧️TRANS DE ARMARIO🏳️‍⚧️👠

Anónimo Trans

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7 de abril de 2023

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UN RELATO DE ANONIMO TRANS
Hola, soy travesti de armario no empezaré contando cómo fue que me empecé a vestir, ni mi primera experiencia con un hombre como muchas chicas como yo acostumbran, sino quiero contarles la que probablemente es la experiencia más caliente de mi vida hasta ahora. Lo más curioso es que ni siquiera tuve contacto físico, es más, ni siquiera he puesto un pie afuera de mi casa vestida como chica, pero ese día fue inolvidable.

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Mis padres trabajaban y yo acababa de salir de la universidad, así que sin empleo, aprovechaba las mañanas para ponerme guapa con algunas prendas que había comprado y que mantenía  escondidas en el armario. No necesitaba peluca, pues como era joven tenía el pelo bastante largo, llevándome casi a la mitad de la espalda. Me hacía dos  coletas como una colegiala y así lucía mi pelo castaño claro. Por otra parte, tenía un corset ajustadísimo de color negro con encajes rojos, que al ponérmelo me daba un cuerpo que me marcaba cintura y me formaba redondos pechos de manera natural. Bajé mucho de peso en el año previo, así que bastaba apretar un poco para que se me vieran unas tremendas tetas.

El corset tenía liguero integrado, pero prefería no usar medias porque me gustaba como se veían las ligas colgando. Eso sí, acompañaba el vestuario con zapatos de plataforma negros, tanguita tambien negra de hilo dental, aretes de broche con forma de flores y un crucifijo de oro en una cadenita al cuello, que por cierto, obtuve como regalo en mi primera comunión. El maquillaje era discreto, un poco de polvo, labial fucsia, sombras rosas y rímel para resaltar mis grandes ojos verdes. Ya todo en conjunto hacía que me viera como la mujer más guapa y sabrosa que os imagináis, además grande, mido 1.82 m.

Soy de tez blanca y facciones muy finas, ya que tengo descendencia rusa, por lo que ya arreglada y verme al espejo, hasta a mi me daban ganas de metérmela. Después de dejarme hecha todo un pincel lo único que hacía era buscar imágenes de penes en internet, que desperdicio dirán.Me encantan las paginas online,encuentras de todo..Ocasionalmente encendía un cigarrillo sólo para sentirme más puta de lo que ya me veía, así que ese día, para que no se encerrara el humo decidí abrir un poco la cortina y la ventana. Os juro que no la abrí ni 15 centímetros, según yo no se alcanzaba a ver nada hacia adentro.

Mi sorpresa fue que frente a la ventana de mi casa, a unos 20 metros, estaban construyendo un centro comercial. Los trabajos llamaron mi atención y permanecí cerca de la ventana fumando. Había varios albañiles musculosos sudando a pleno rayo del sol. Como imaginarán, se me hizo la boca agua. No hay nada que me excite tanto como los cuerpos fuertes y morenos de los trabajadores de la construcción. Sus brazos musculosos llenos de venas me hacían fantasear acerca de otras partes hinchadas y venudas de sus cuerpos.

Mis pezones duros y rosados crecieron  mientras sigilosamente los observaba fumando. Había unos 10 hombres trabajando hasta donde podía ver, aunque llamó mi atención uno que se separó del grupo, el más moreno. Quizá porque soy muy blanca los morenos son los que, en contraste, más me atraen. El tipo se fue hasta un rincón solitario y ¡zas!, que se saca la polla. Era muy prieta y venuda, tal como la había imaginado. Era tan gorda y larga que hasta pesada se veía. Estaba fascinada ante tal espectáculo,me encantaría darme un buen atracón de esas venas.

El albañil se puso a orinar, para eso se había separado, supuse. Yo no hacía más que lamer mis labios mientras tocaba mis pezones excitada con una mano, mientras que en la otra sostenía el cigarro. No miento cuando digo que un chorro de orina le salió de su miembro por más de 30 segundos. Al terminar de mear, se la sacudió de tal forma que yo sentí que se me sacudía el alma, pero lo más impresionante fue que no se la guardó, sino que la dejó balanceando en el aire un rato más, antes de darme la vuelta, a verme directamente, señalarme y luego señalarse la tremenda polla que le colgaba.

En ese momento, no supe qué hacer, me quedé inmóvil, anonadada. El sujeto me había estado observando cuando según yo era imposible que me viera. Con sus ojos aún clavados en mi escultural cuerpo, decidí responder a su mirada acariciando mis duros pezones. Él agarró el pene para levantarlo y apuntarlo hacia mí, dándome a desearlo. Sentía que me derretía imaginando esa polla dentro de mi ser y sus labios sin despegarse de mis tetas. Pasaron unos cuantos segundos y por cortesía le saqué la lengua saboreando su miembro.

Grave error. El albañil me silbó, ya sabéis, como cuando pasa una chica guapa frente a la obra.  Todos los trabajadores dieron la vuelta para  verme y el sinfín de piropos y silbidos no se hizo esperar. Una decena de hombres tal y como me gustan me estaban prácticamente follando con la mirada. Yo con cigarro en la mano, tetas erectas,  coletas y maquillaje, era el centro de atracción. Por un momento tuve la fantasía de cruzar hasta donde estaban y que me follaran entre todos, sentir uno en cada mano, uno en cada teta, otro en mi boca, otro en mi polla y el resto masturbándose hasta terminar sobre mi.

Hubiera sido increíble, pero no, en menos de un segundo cerré la ventana y la cortina. Lo mejor fue que permanecieron a la expectativa unos 15 minutos silbando y gritando cosas como: rubia! rubia! ¡reina! Ninguno se percató de que había visto una travesti. Y no los culpo, la verdad sí lucía increíble. Después regresaron a sus trabajos y yo a mi vida. Todo fue tan rápido y tan excitante que casi 15 años después, frecuentemente me masturbo pensando en esa ocasión, en esa polla venuda, ese montón de hombres y lo que pudo haber sido. No lo sé, si pudiera volver a vivir ese momento quizá sí me hubiera acercado.

Así que si usted trabaja en alguna construcción contacte conmigo, esté  pendiente, pues una guapa travesti podría estar observándole con un antojo desmedido. Es más, si usted es un albañil ardiente, moreno y lleno de venas donde ya sabe.... busqueme.

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